Mi primera razón para salir de intercambio es que quería aprender español. Decidí venir a Chile porque estudio historia y siento que la historia de Chile en el siglo XX es muy interesante.
Me ha fascinado este país por su naturaleza variada. Durante este intercambio pude viajar a San Pedro de Atacama, La Serena y al Valle de Elqui, en la zona desértica del norte; a Valparaíso, Pichilemu e Isla Negra, en la costa central; a Chillán y Pucón en el sur; y al Cajón del Maipo, en la precordillera de Santiago, entre otros lugares. Me encantó especialmente la playa de Pichilemu, porque se puede surfear.
Se dice que la gente en Santiago no es tan amable, pero yo creo que sí, al menos con los extranjeros. Por ejemplo, cuando llegué, me perdí buscando mi apartamento. Pregunté a una persona en la calle y me dijo: “No lo sé, pero voy a llamar a alguien”. Mi sensación es que la gente se preocupa por la seguridad de nosotros los extranjeros.