Internacionalización en casa, una oportunidad de largo plazo en tiempos de pandemia
Eugenio González Vergara
Vicerrector Académico, Universidad Técnica Federico Santa María.
En el escenario globalizado y competitivo que estamos viviendo, las IES se enfrentan al gran desafío de incorporar en su modelo educativo las competencias que definen a un profesional global, a saber: pensamiento crítico, perfil innovador y adaptativo, flexible a las nuevas tecnologías, capaz de desenvolverse en un equipo multicultural y de comunicarse eficazmente en más de un idioma.
La manera tradicional de adquirir o contribuir a la adquisición de tal perfil global ha sido -al menos en Latinoamérica- la realización de estancias en el extranjero. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha impuesto restricciones al corto y mediano plazo a este tipo de actividades. Más aún, incluso sin las limitaciones impuestas por pandemia, es un porcentaje muy reducido de los estudiantes chilenos los que normalmente pueden acceder a “movilidad tradicional” debido a las barreras idiomáticas, económicas y curriculares.
De este modo, se hace evidente la conveniencia de proveer oportunidades de aprendizaje global en nuestros campus para todos los estudiantes, no solo para aquellos que pueden realizar movilidad tradicional. En otras palabras, la internacionalización en casa se revela como una herramienta de largo plazo para incorporar intencionadamente la dimensión internacional e intercultural en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Coincidentemente, durante el último año y debido a la emergencia sanitaria que afecta a gran parte del mundo, hemos observado en nuestro país una rápida adopción de herramientas de e-learning y uso de plataformas de enseñanza online, lo que – además de representar una solución a la emergencia- ha venido a constituir una oportunidad en términos de aumentar el alcance de las IES (es decir, llegar a más estudiantes) y de proveer una vía de comunicación instantánea y eficaz, que permite el establecimiento de redes entre instituciones y países, la colaboración interinstitucional e intercultural y la creación de programas educativos que benefician a varias naciones.
Mediante el uso de tecnologías y su incorporación en la docencia formal e informal se puede generar un vector de internacionalización curricular dinámico, a bajo costo y con alto impacto en nuestros campus. Nuestros estudiantes pueden aprender sobre la disciplina que están estudiando desde otra perspectiva, pueden adquirir habilidades de alfabetización digital, estarán mejor preparados para trabajar en equipos multiculturales y mejorarán sus habilidades comunicativas cuando trabajen con hablantes no nativos de español.
En suma, a pesar de todos los retos impuestos por las condiciones sanitarias actuales, el uso de la tecnología con fines docentes permite avizorar una oportunidad en términos de acercar oportunidades de experiencias internacionales a la vasta mayoría de nuestros estudiantes y asegurar de este modo la adquisición de un perfil profesional acorde con las necesidades de un mercado laboral globalizado.
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